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Mi escuela es el mundo

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Después de compartir en EducaconTIC diferentes posts hablando de proyectos educativos alrededor del mundo, así como algunas referencias sobre el sistema educativo de Laos o Tailandia, en esta ocasión vuelvo a los orígenes, al porque de mi viaje; al porque de un viaje de vuelta al mundo.

Una de las primeras cosas que tenía claras, antes que la ruta o el tiempo que iba a estar viajando, era que un viaje de un año (o más) alrededor del mundo, suponía una de las experiencias de aprendizaje más importantes que tendría hasta ese momento (después de la primaria, el instituto, dos carreras, el doctorado, y un postgrado). Y así está siendo. Me matriculaba en uno de los mejores másteres que podía elegir, y que oficialmente no existía, el viaje alrededor del mundo.

Y es que viajar, además de la parte romántica, aventurera o vacacional que cada uno le quiera dar, es una experiencia de aprendizaje única; el aprender haciendo, el aprendizaje vivencial, el ensayo-error, el aprendizaje constructivo y colaborativo, el aprendizaje invisible, expandido, punk, y todos los diferentes formatos que uno pueda imaginar, convergen en las mil y una situaciones que día a día, un viaje así te presenta. Y casi siempre, por sorpresa.

Iván Marcos ya visualizó el poder y el potencial educativo que tenía el viaje y a través de TrendTrotters  busca la forma de aprovechar este potencial del viaje, sea para formarse como personas o para colaborar con empresas a ampliar su visión del mundo. Ahora, con el blog Viajaprende, intenta ir profundizando en diferentes conceptos del viaje como forma de aprendizaje, y sigue difundiendo estas ideas con toda su energía.

Volviendo al inicio, yo me matriculé a este "máster", que como tal requiere una inversión económica, de logística y organización, pero sobretodo requiere una buena dosis de decisión y voluntad de hacerlo. Supone un sacrificio y focalizar tus intereses en este sentido en lugar de otros (como podría ser comprar un coche nuevo o una televisión de plasma). Aprendo mucho cada día; de las personas, de las situaciones más inverosímiles, de las aventuras y experiencias... Estoy aprendiendo más historia que en los 18 años de trayectoria de primaria y secundaria. Aprendo sobre cultura, ciencias, biología, fenómenos medioambientales y naturales, sociología, desarrollo y cooperación, física y química... Y todo ello lo aprendo sobre el terreno, en un bus, en un parque, en un volcán, o buceando en un arrecife de corales; sea charlando con los jóvenes de un pueblo de Bolivia, con el maestro de una escuela de Tailandia, o caminando días y días por las laderas de los Annapurnas en Nepal.

Una de mis experiencias más vivenciales, ha sido leer el libro "First they killed my father" sobre el régimen de Pol Pot en Camboya, la semana antes de llegar al país, el testimonio en primera persona de una superviviente, que en esa época tenía 5 años y a quien mataron a casi toda su familia. Además, busqué en la Wikipèdia toda la información sobre estos hechos y leí un poco más sobre Pol Pot. Así que cuando visité el museo de los crímenes genocidas Tuol Sleng y vi en persona el recuerdo de ese testimonio que había leído, pisé las salas de tortura y los pasillos de lo que fue una escuela y se convirtió en prisión y centro de exterminio, el aprendizaje de esa historia se te graba de por vida. Y este es sólo el ejemplo más reciente.

Si miramos los 19 mandamientos que Cristóbal Cobo definía para el aprendizaje invisible, ¡un viaje los cumple todos!

Y empezando por el primero, no está limitado por una edad determinada. He conocido gente de todas las edades viajando solas o en grupo. Desde menores de 18 años hasta septuagenarias de Nueva Zelanda que todavía les queda mucha energía como para pasar 6 meses viajando por Sudamérica con el único objetivo de aprender castellano. O recientemente, en Laos, la familia francesa Bufard; un matrimonio, tres hijas, el perro y la suegra, que llevan más de tres años viajando por el mundo. Las hijas, adolescentes, siguen sus estudios con los libros de la escuela e Internet, enviando exámenes y ejercicios cada mes a sus tutores. Hoy en día, la distancia física no es un problema... y todo el valor añadido que les aporta el hecho de estudiar en un contexto como el que están viviendo, no tiene precio.

Aquí la pequeña entrevista que les hice:

Hace unos meses, Andrew Churches escribía en su blog  Edorigami "¿Dónde está mi aula? Mi aula es el mundo"  en el cual, después de presentar una situación concreta con sus alumnos reflexionaba:

"Creo que con demasiada frecuencia nosotros, como profesores estamos demasiado atados al concepto del espacio físico como lugar de aprendizaje. Que para enseñar hay que tener las mesas o escritorios, sillas, pizarras, etc.  supongo que para "la enseñanza" esto puede ser cierto, pero ¿estamos hablando de enseñanza o de aprendizaje? El aprendizaje puede ocurrir y ocurre en cualquier lugar. Los momentos para la enseñanza no se limitan a las aulas, el aprendizaje no se limita a la mesa y el asiento en el cuarto con cuatro paredes y una pizarra."

Esta filosofía, la complementa con viajes con sus alumnos de servicio a la comunidad, sea Nepal o India. Y de la forma de aprender a partir de los sabores, sonidos, olores, la vista y el tacto en el día a día de un viaje así, le llama aprendizaje basado en la aventura.

Y como esta concepción va ganando fuerza, os presento otro ejemplo. En este caso, se trata del proyecto de otra familia que ha decidido invertir un año de sus vidas en recorrer el mundo junta. También son un matrimonio y cuatro hijos (de 20, 19, 17 y 13 años).

Una de las hijas, hizo el proyecto de final de bachillerato llamado "A Family Venture around the World - A real life learning experience" que consolidó el proyecto de aprendizaje familiar que estaban diseñando.

Además, Oyvin, el padre, participó en el programa European Entrepreneurship Educators Programme, realizando un proyecto con el mismo fundamento, un viaje de vuelta al mundo como plataforma educativa. Con el viaje, el equipo familiar espera continuar con este proyecto de aprendizaje basado en la experiencia y con la intención de compartirlo con escuelas y estudiantes durante su camino. Este es su blog http://eselworldtrip.wordpress.com/equipo/, y este mes de junio empieza su aventura.

¿Y a ti que opinión te merece el aprendizaje fuera de las 4 paredes? ¿Cuales crees que son los beneficios de aprender viajando? ¿Qué papel le darías a las TIC en un entorno de aprendizaje como este?

Nota:

Si tienes curiosidad sobre la historia del Genocidio Camboyano, mira la descripción en la Wikipedia: Una estimación aproximada cuenta 2 millones de muertos; una cuarta parte de la población del país en esa época. Desde hace algunos años se están juzgando algunos de los responsables de esa masacre.


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