Son varias las iniciativas que animaban a los ciudadanos a publicar sus quejas en portales, donde se geolocaliza una incidencia en la ciudad y se documenta con una fotografía o vídeo, para presionar a los ayuntamientos a solucionarlo. Unas de las más conocidas son Fixmystreet y Arregla mi calle.
También han ido apareciendo plataformas donde denunciar malas prácticas, errores o la pésima atención al cliente por parte de empresas. Por ejemplo, cuando una tienda, hotel u operadora de internet, ofrece un servicio que no es el que se había contratado, el usuario puede crear una ficha de reclamación en esta página explicando su situación y compartiéndola con otros, como forma de poner en evidencia pública la empresa. Y algunas de ellas reaccionan con celeridad, poniéndose en contacto con el usuario para resolver la incidencia y cancelar la reclamación pública. Una página muy popular en Brasil es Reclame Aquí.
Pero ¿qué pasa cuando en la escuela o instituto, la mayoría de alumnos llevan un smartphone y pueden fotografiar y publicar de inmediato todo aquello que acontece?
En Inglaterra, Martha Payne empezó a publicar en su blog NeverSeconds una foto de la comida que le servían en el comedor de la escuela. En seguida, la escuela, gobernantes e instituciones varias se empezaron a poner nerviosos y le prohibieron subir fotos al blog (más información aquí).
Al mismo tiempo, en Brasil, una estudiante de 13 años creó una página en Facebook, Diario de Clase, para denunciar las cosas que no le gustaban de su escuela y explicar cómo era el día a día en general de su escuela en Brasil. En seguida la página empezó a ganar popularidad y a incomodar al profesorado del centro. Isadora Faber, la creadora, colgaba fotos de espacios en mal estado, elementos rotos del patio, puertas reventadas, mal estado de la comida, incidencia con profesores, etc. Algunos alumnos empezaron a participar y aportar más información. Otros, se alejaron de ella con miedo a las represalias de los profesores. Y los docentes, desbordados y sorprendidos, la empezaron a amenazar y humillar delante de los compañeros.
Pero parece que cuando los alumnos toman la iniciativa, no todo el mundo sabe cómo reaccionar. La situación se llegó a tensar de tal manera, que la niña fue denunciada por calumnias por una profesora y llevada a comisaría. Y empeoró cuando la casa de Isidora, fue apedreada y su abuela de 65 años herida en la cabeza.
A la práctica, es un movimiento que va ganando fuerza. A día de hoy la página original de Facebook ya tiene más de medio millón de seguidores y han aparecido más de 30 páginas similares en otros 14 estados del país. Y con ellas, se empiezan a publicar irregularidades que pasaban más desapercibidas por las familias y la sociedad, como alumnos que han estado medio año sin clase de química sin motivo, baños muy sucios, ventiladores rotos, un comedor en ruinas apuntalado, etc.
También una de las chicas que mantiene el Diario de Clase de Itamaraju, escribía el día 11 de noviembre en Facebook que había recibido llamadas anónimas amenazando en que la iban a procesar si no paraba de publicar.
Con estos hechos, el debate está tomando unas dimensiones serias y considerables. Cuanto más se incomodan algunos, más páginas se van abriendo. Como decía Isadora, ella solo quería mostrar la realidad verdadera de las escuelas públicas, y parece que a pesar de la gran polémica generada, las cosas van mejorando; han arreglado los columpios del patio, las puertas de los baños o se han tapado unos cables eléctricos peligrosos.
Aparte de denunciar las cosas que no les gustan, que no funcionan o desperfectos varios, el uso de este tipo de iniciativas, favorece que los alumnos y alumnas vayan tomando conciencia de su papel en el buen mantenimiento de las instalaciones y servicios. En muchos de estos casos, colaboran en reparar, proponen soluciones e ideas, y se organizan para ayudar. Si se canaliza toda esta energía e iniciativa en la buena dirección, puede ser una estrategia muy potente de mejora del centro y de las propias dinámicas de funcionamiento internas. El profesorado, poco acostumbrado a que se pueda cuestionar tan fácilmente cualquier detalle, deberá aprender a lidiar con este nuevo contexto y aprovecharlo en su favor, asumiendo sus errores si es que los hay y contribuyendo a una mejor educación para todos.
¿De qué forma crees que se pueden dinamizar estas páginas y que realmente aporten un beneficio al entorno educativo?
Nota: en este reportaje del diario Globo se explican más detalles de las diferentes historias y páginas que se van abriendo.
